Esto que podría parecer una frivolidad, realmente lo que demuestra es que nuestra paciente Andrea, tiene ahora unos pies que le permiten tener una vida normal. Ella nació con espina bífida a nivel lumbar bajo que entre otras cosas le producía dificultad para caminar, usar zapatos normales y sobre todo le costaba mucho caminar por la inestabilidad que padecía.
Hoy después de revisar sus pies, pasados 10 meses de la operación, traía en una bolsa unos zapatos de tacón, para preguntarme si los podría utilizar. La respuesta inmediata mía fue Si, porque ella ahora hace una vida normal de un chica de su edad, sale y entra cuando quiere, no se cansa. Incluso ella me ha dicho que es capaz de hacer marchas de 11 kilómetros sin tener ningún problema.
A ella le habían tratado de pequeña en un conocido hospital público de Valencia, en donde incluso la llegaron a operar de los pies planos. Mediante, a mi juicio, una pésima operación como es la artroeresis. Esta consiste en colocar un cilindro de plástico entre el astrágalo y calcáneo, con la esperanza de corregirlos. Cosa que no consiguieron, como podéis ver en las Rx del pie, donde esos cilindros se habían salido de donde los colocaron. Pero quizás más importante es que se “olvidaron” de tratar la deformidad calcánea o talo, esto es, que al tener un tendón de Aquiles y sus músculos débiles, cargaba más peso sobre los talones. Esto es muy frecuente en las personas que sufren de espina bífida o mielomeningocele.
Los padres me decían que cuando ella cumplió 18 años los médicos que la habían llevado desde pequeña, dejaron de hacerlo y los médicos de adultos no “vieron la necesidad de tratarla”.
Nosotros la hemos operado de ambos pies, extrayendo los cilindros que tenía puestos, reconstruimos su mal alineamiento, creando un arco plantar. Además corregimos los dedos en garra, acortando los dedos gordos que eran demasiado largos y sobre todo transferimos dos tendones al tendón de Aquiles, para solucionar sus pies calcáneos, tener más potencia de despegue al caminar.
En este video podéis ver su testimonio, con un semblante alegre por poder hacer una vida normal, por tener unos pies que le funcionan y porque no, por estrenar sus primeros zapatos de tacón que usa en su vida.