La artrosis es una enfermedad producida por la degeneración y alteración de los cartílagos, tejidos de las articulaciones que facilitan el movimiento y reducen la fricción. Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, progresivas y aparecen dilatadas en el tiempo.
Los síntomas más frecuentes son el dolor articular, la limitación de los movimientos, los crujidos y, en algunas ocasiones, el derrame articular. Además, algunas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.
Cuando el tobillo está severamente dañado por una artrosis, puede ser sustituido por una prótesis de tobillo. Previamente se han seguido tratamientos conservadores o cirugías que preservan la articulación, pero cuando estos fallan, la única opción que queda es implantar una prótesis de tobillo.
Se implanta una prótesis en todos aquellas personas que padezcan una degeneración irreversible de la articulación del tobillo, también en pacientes que hayan sido previamente operados, habiéndoles fijado el tobillo. En estos se puede retirar la artrodesis de tobillo y colocarles una prótesis para que recupere la movilidad perdida.
La prótesis de tobillo es el método más avanzado en el tratamiento de la artrosis de tobillo, desde hace veinte años. Desde el punto de vista funcional sus resultados son excelentes, comparados con la fijación o artrodesis, en la que se fija la articulación, lo que provoca en poco tiempo la degeneración del resto de las articulaciones del pie y la rodilla. Las prótesis de tobillo es uno de los tratamientos con más éxito, que produce una inmediata y clara mejoría del dolor, la movilidad y la calidad de vida.